El super heroe (Parte I)

A pesar de lo independientes, luchadoras, sofisticadas y buenotas que estemos queremos sin lugar a duda un compañero, una pareja con quien  ir al cine, ir a hacer el mercado, o simplemente quedarnos en casa a ver televisión, ¿pero hemos realmente comprendido que queremos un superhéroe? Y más interesante aun, ellos quieren ser el superhéroe que te acompañe.

Todas las mañanas despertamos pensando – ¿Por qué tengo que trabajar?, ¡si yo lo que quiero es un marido que me mantenga! Mentirosa…..No te importa que te mantenga, pero si mueres por alguien que despierte contigo y aunque sea te haga sentir por cinco minutos que no trabajas para ser la tipa más brutal de la oficina, sino para complacer tus gustos porque tienes a tu lado a tu héroe para que te cuide y te defienda.

En el fondo todas somos unas grandes mentirosas, vivimos pregonando que el éxito femenino es ser las más independientes  y en el fondo solo queremos compañía y sentirnos el centro del mundo de alguien, tenemos en nuestro patrón genético la necesidad de un hombre tanto física como sentimentalmente, pero mientras más independiente somos más rápido ahuyentamos a los hombres, no es un error ser exitosa, es un error creer que lo es todo, se sincera quieres un hombre contigo, entonces deja el drama y la autosuficiencia, si te gusta alguien déjate conquistar, vive la fantasía, entrégate a la pasión, hazle sentir que a pesar de ser una tipa brutal eres una mujer y no pretendes que sea perfecto solo quieres vivirlo, recuerda que los tipos o te creen muy por debajo y te humillan y te maltratan o te creen muy por encima y tienen miedo de acercarse, está en ti hacer el equilibrio.

A los hombres hay que engañarlos un poco, hacerles creer que a veces los necesitan para algo más que un revolcón, ellos tienen la necesidad biológica de ser quien lleva el control, cosa casi imposible con esta generación de mujeres exitosas, pero no te cohíbas si quieres tener tu héroe particular tienes que  hacer un gran trabajo, primero no exageres, no te dejes montar la pata por un imbécil, la cosa es hacerlo sentir útil sin que se sienta más que tu, tú eres la prioridad.