domingo, 15 de abril de 2012

Noviazgos largos, matrimonios cortos...



Luego de tener más de 5 años calándote a tu amorcito, en muchos casos tu eterno dolor de cabeza, nos decimos a nosotras mismas, que el siguiente paso es casarnos, sin saber siquiera si nos gusta de cual lado duerme.
Por mucho tiempo se ha escuchado que todo noviazgo mayor a tres años es un matrimonio fracasado, realmente el matrimonio no es el fracasado, el fracasado es uno en creer que el matrimonio es la puerta a la felicidad o algo por el estilo. Debemos entender que el matrimonio, primero; no es la llave de la felicidad, segundo; no cambia a las personas, tercero; cuando lo firmas el famoso papel, no es una sentencia de seguridad, lo único seguro es que tenemos que convivir con un pana que no es familia nuestra y al cual debemos entender, apoyar y convivir con sus manías y costumbres y si no lo amamos lo suficiente para soportarlo estamos destinados a vivir en la completa amargura.
Como pudimos ver, todo lo antes mencionado no tiene nada que ver con el tiempo del noviazgo, tiene más que ver con nuestra percepción del matrimonio, pero algo si es muy claro, si nos hicimos novios entre los 15 y los 21, cuando teníamos una personalidad vulnerable, rebelde, vivíamos la vida loca, estábamos en contra del mundo, querer casarse a los 27 pensando que somos las mismas personas, allí si estamos bien pelados, hemos madurado, sabemos lo que nos gusta y lo que no, nos arrepentimos de nuestros comportamientos adolescentes y sabemos lo que realmente queremos en la vida, imposible enamorarnos del mismo idiota rebelde, cara bonita que conocimos a los 16, sólo si su madurez es paralela a la tuya podrá funcionar esa relación.
Susan: A los 20 acababa de graduarse pero no conseguía empleo, su novio; un completo estúpido, la manipulo al punto de hacerle creer que lo único real, sólido y duradero era su relación de dos años, que no se preocupara por trabajar, que contaba con él para todo, cuando logró que la muy tonta le creyera el cuento la empezó a tratar como un estorbo, aun así la pobre duró 5 años más creyendo que él era el hombre indicado, que cambiaria con el matrimonio y se casó. Resumen del futuro; matrimonio desastroso. Ahora después de 7 largos años de casados, ella quiere ser una mujer realizada, profesional, independiente y feliz y el amiguito no la deja en paz. El problema no fue la cantidad de tiempo de novios, sino el que no tenían la madurez suficiente ni el conocimiento de ellos mismos para saber lo que querían de su futuro, si se hubiesen conocido hace 2 años no hubiesen llegado a ser ni siquiera amigos, por que han descubierto que de chamos se gustaban, pero realmente ni se conocían así mismos, por lo tanto no tenían nada en común.
Conclusión:
Los amores de la adolescencia son dulces y hermosos pero son irreales, si aun no te conoces a ti misma y no sabes lo que realmente quieres de la vida, no pretendas amarrar a ti a otra persona que está igual que tu. Mi recomendación es: Si tienes entre 16 y 21 años no te apresures, quizás creas que él es el chico de tu vida, si es así sean buenos amigos, aléjate un tiempo, te aseguro que si ese chico es para ti volverá así pasen 10 años, quizás cuando lo vuelvas a ver sigue siendo el amor de tu vida o quizás ya te parece un error de tu pasado, entonces allí con seguridad sabrás si quieres pasar el resto de la vida a su lado.